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CAPITULO IV

NUEVA YORK, NUEVA YORK
EL DESLUMBRAMIENTO

Fue el viaje más largo que hice en mi vida. Viajé en un avión cuatrimotor bordeando la cordillera de los Andes. Miraba por la ventana y casi tocaba la nieve. Cuando llegó a Miami, aquel aparato no pudo aterrizar por la niebla y bajó en Cayo Hueso, un paraíso. Nada que ver con mis sueños de bailarina pero seguía volando. En Miami cambié a un vuelo que me llevó directamente a mi destino tocando las nubes. El funcionario que me recibió en el aeropuerto me dio la bienvenida como un pésame. Me vio demasiado frágil para una ciudad tan agitada.

Viví en Nueva York un año y medio, entre 1962 y 1963. Y crecí como si hubieran sido diez. Había ido en búsqueda de formación y logré un salto en mi carrera. ..................................................


CAPITULO V

LOS AÑOS SESENTA EN PARIS
ESTALLIDO DE LA CREACIÓN

Mi debut como bailarina en París fue en el Museo de Artes Decorativas, bailando el Discurso primitivo, de Karin Waehner, con su compañía. A este siguieron muchos otros programas, en los que bailé coreografías suyas y también mías.

Karin Waehner, iniciando su carrera artística en Buenos Aires, llegó a París en 1953, cuando la danza moderna era prácticamente desconocida en Francia. Allí fundó su propia escuela, manteniendo contacto permanente con los grandes maestros de Alemania, Estados Unidos, etc. Viajó especialmente a Nueva York para realizar cursos de perfeccionamiento con Merce Cun-ningham, Louis Horst y Martha Graham. De regreso a Francia introdujo la modern dance, por primera vez, en un instituto oficial de París, en la Schola Cantorum. (Cronista uruguayo, 1964). .............................................



CAPITULO VI

LA CRÍTICA FRANCESA
NACER COMO COREÓGRAFA
















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